Seguir · Mimí · eldesvandemimi@hotmail.com · Twitter · Revista

viernes, 16 de noviembre de 2012

#399

Casi un mes sin publicar a causa del estresante trabajo... No he tenido mucho tiempo para escribir, pero en mis (pocos) ratos libres, me he dedicado a escribir algo un tanto diferente a lo que os tengo acostumbrados. Aquí tenéis el resultado, espero que os guste.


Te echo de menos.

Dios, cuánto te echo de menos. Supongo que es una tontería, ¿verdad?. Echar de menos alguien con el que se supone que ya no estás.

Pero créeme cuando te digo que no puedo evitarlo. Nadie en su sano juicio escogería la nostalgia si pudiera no elegirla, tampoco yo. Aunque, bien pensado, no sé si puedo considerarme a mí misma como ejemplo de la cordura. El caso es que llevo así desde que dejé de verte en el aeropuerto a través del cristal del "Duty free", al acecho, buscándote detrás de cada esquina, por estas calles italianas, al dar vueltas por casa... Últimamente incluso te busco entre las líneas de ese libro que traje conmigo y me recuerda tanto a ti.

¿Loca? Tal vez.

Pero es que te necesito, ¿sabes?. Necesito perderme entre tus brazos, poder acariciarte, besarte. Necesito el tacto de tu piel bajo mis dedos, tus sonrisas, ese brillo que tienen tus ojos. Por necesitar necesito incluso tus reproches y tu fruncir de cejas.

Se suponía que esto no tenía que ocurrir. Que teníamos carta blanca, pero no puedo simplemente pulsar el botón de apagado igual que has hecho tú, y ahora me pesa el corazón como si me lo hubieran llenado de piedras, y te echo tanto de menos...

Lo peor de todo es cuando me pongo a pensar que todo podría haber sido diferente si no hubiera decidido venir, o al menos lo sería si pudiera encontrarme contigo. Bastaría con un choque a la salida del autobús  o unos minutos en el ascensor de casa, o una lluvia precipitada que te arrastrase a mi portal. Tan sólo necesitaría una oportunidad, una ocasión perfecta para intentar volver a ser "nosotros", una excusa para cogerte de la mano y trepar hasta tus labios, y entonces dejarías de ser una sombra que se deshilacha si la mira dos veces. Serías real, una persona de carne y hueso al que podría estrechar entre mis brazos. Volverías a ser la perfección, mi perfección. Única e intransferible, sólo para mí. Un hombro donde poder hundirme, unos labios contra los que estallar cada día, unos ojos en los que sumergirme durante una pequeña eternidad. Volverías a ser un millar de instantes que compartir.

Me encantaría poder ignorar todo lo que siento, en serio, pues duele demasiado. Amordazarme el alma y fingir que soy indestructible y que ya no te quiero. Pero después de tanto tiempo a tu lado, creo que se me ha ablandado aún más el alma y no puedo evitar que me duela todo al pensar que jamás volveremos a ser lo que éramos. Porque me has echado de tu vida aunque después parezca que no quieres que me vaya.


Si pudiera resignarme... Joder, ¡cuánto desearía poder hacerlo! Así no parecería una idiota con las lágrimas a punto de resbalar por mis mejillas en mitad de un vagón de tren camino a Roma. Pero, ¿cómo explicar a mi corazón que no te puede querer, sin que se rompa en mil pedazos? ¿Cómo decir a mis ojos que no sigan buscando los tuyos? 

No puedo, no puedo asesinar mis ganas de ti a sangre fría y seguir con el corazón caliente. Tendré que aprender a vivir sin ti. Acostumbrarme a creer que me gusta esta dichosa soledad forzada por ti. Acostumbrarme a creer que me divierte encontrarte tan solo como una sombra y que el corazón se me acelere cada vez que sienta el fantasma de tus besos en mi cabeza. Tendré que descubrir una manera de echarte de menos sin que eso me descomponga en una montaña de polvo y ceniza de amargo sabor, cómo soñar contigo sin que tu ausencia me destruya a cada instante.

Aunque dudo que lo consiga, aunque tuviera siglos para acostumbrarme a ello. 

Jamás aprenderé a ahuyentar el frío de tus ausencias. No lograré olvidar que echo de menos los latidos de tu corazón y la caricia de tus dedos recorriéndome el alma.

No hay comentarios:

¡Hola! Acabas de decidir garabatear algo para mi, espero de todo corazón que te haya gustado mi blog.
¡Un besito! ¡Y gracias por pasar!
(¡Ah! Y no olvides que puedes quedarte en el desván ^.^ )