#379

Rädsla se había quedado sola en aquel callejón con una duda rondando su cabeza. ¿Guardarían alguna relación el hecho de que era "la elegida" y lo que el tal Bosco tenía que aclararle? ¿Era ese el motivo por el cual las sombras no le harían daño?


Estaba hecha un lío. No entendía cómo el chico de los ojos grises sabía algo que ella apenas entendía. A no ser, a no ser que él fuera Bosco. Tenía que encontrarlo y preguntarle si era la persona que respondería a sus preguntas. Se levantó de aquella esquina e intentó ver algo. Estaba muy oscuro. Entrecerró los ojos para ver si de esa manera conseguía distinguir al menos algunas siluetas, pero no había manera. Entonces se le ocurrió una idea. Cuando el muchacho de los ojos grises acarició sus párpados, éstos se iluminaron, pero, ¿serviría si tenía los ojos abiertos? Al menos tenía que intentarlo. Acercó las manos a su cara y, suavemente, rozó sus párpados. Éstos se iluminaron al instante y, para sorpresa de Rädsla, iluminaron también el resto del callejón. ¿Qué estaba pasando?


- ¡¿Estás loca?! ¿Acaso quieres que te encuentren? - era él, el chico de los ojos grises.
- ¿Eres Bosco? - preguntó ella ignorando su pregunta.
- Sí, tu madre me puso sobre aviso de las sombras y conseguí escapar junto algunos de mis socios. Pero eso da igual, no hay tiempo para charlar. Debes apagar tu luz.
- ¿Cómo? Ni siquiera sabía que ésto me ocurría hasta que tú me has rozado.
- Dios mío, ¿acaso tu madre no te ha explicado quién eres?
- ¿Quién soy? Sólo soy una chica a la que al parecer su madre ha estado mintiendo toda su vida. 
- Susurra estas palabras: Ljuset ska gå av, då skuggorna inte hitta mig.
- ¿Qué significa?
- Tan solo dilo.
- Ljuset ska gå av, då skuggorna inte hitta mig. - al instante sus ojos se apagaron y el callejón volvió a estar a oscuras.
- Nunca, jamás debes volver a ponerte en peligro de esta manera. Tu luz es muy poderosa frente a las sombras, pero si te encuentran y alertan a Woodhouse, estás perdida.