#365

Intentarían ser sólo uno, estar siempre juntos. Ella lo quería, él la quería también. No debían estar juntos, al menos eso le había dicho Dios a Hell, pero no podían evitarlo. Quizás sólo tenían que ser fuertes para poder superar aquello, quizás con eso era suficiente para poder pasar la eternidad juntos. Sólo tenían una cosa clara, que no dejarían que la guerra que enfrentaba sus mundos los destruyera también a ellos. No haría caer su fuerte, no crearía cosas sobrenaturales para separarlos.


Hubo una vez un mundo en el cual el bien y el mal estaban armonizados. No competían, pues eran los dos necesarios por igual. Hell y Heaven no debían ser como sus antepasados, no querían ser almas que vivían aprovechándose de los demás. El mundo lloraba por esa guerra. Su cometido era tirar la cuerda a los que aparecían, a la magia y la paz que desaparecían, y así, sacarlos del oscuro pozo en el que estaban atrapados.


Hell y Heaven, Heaven y Hell. Harían del mundo lo que fue antaño, donde sus mundos vivían unidos en vez de enfrentados. Lanzarían gotitas de amor donde ellos serían el agua.