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miércoles, 25 de enero de 2012

#351

"Sacaba la gran colcha marrón del baúl de la habitación de sus padres, después las raquetas de tenis y el álbum de fotografías de la familia. 


Una vez sacó todo paró y mientras el dolor le recorría el cuerpo miró el cuerpo inerte de su madre tumbado en la cama. Estaba pálida y con el cuello empapado en sangre, aunque aún conservaba aquella belleza tan especial que ella tenía. Vestía su vestido de los domingos, aquel vestido azul noche que tan bien le sentaba, aunque no llevaba los zapatos a juego. Tenía los pies descalzos, dejando así a la vista sus uñas color rojo, pintadas tan solo tres días atrás. 


Apartó la vista destrozada por el dolor y tras acariciar a Boo, su osito de peluche, lo metió en el baúl. No quería irse sin él. Necesitaría a alguien que le hiciese compañía.


Bajó el baúl por las escaleras. A pesar de estar vacío pesaba mucho para ella, y por eso tardó quince minutos en bajar las veinte escaleras que separaban el segundo piso, del primero. Antes de irse decidió despedirse del resto de su familia, sería la última vez que los veía. 


Su padre estaba en su sillón, contemplando la televisión, igual que cada noche. Ni siquiera se acercó, simplemente lo contempló desde la puerta. No se sentía capaz de abrazarlo por última vez, pues al fin y al cabo, aquello, era culpa suya. Bajó la mirada y se dirigió a la cocina. Allí estaba Nadia, la chica que les limpia la casa 2 veces por semana. Estaba sentada en una silla, con el libro de recetas abierto al lado. Parecía que en cualquier momento volvería a llamarla por su nombre, que volvería a acariciarle el pelo y a darle una galleta después de que su madre la regañara. Pero eso ya no ocurriría...


Sólo le faltaba despedirse de su hermana, pero no quería subir a su habitación. Su hermana había sido siempre su mejor amiga, su confidente. La que siempre le había ayudado en todo y había jugado con ella. Ahora estaba muerta, al igual que el resto de su familia. 


Lo que al principio le pareció un juego divertido, se había convertido en su mayor pesadilla. Perdió el control y ahora sufría las consecuencias. Cerró con fuerza los ojos, intentando que esas lágrimas que le quemaban las retinas no resbalasen a través de sus mejillas."




Despertó de golpe. Aquel sueño la perseguiría el resto de su vida, si al menos podía llamársele así. Ya era de día, y la luz solar estaba empezando a entrar por la copa de los árboles. Se levantó de encima del baúl y abrió la tapa. Acto seguido se metió dentro y abrazó a Boo. Tendría que pasar el resto del día allí encerrada, mientras sus remordimientos la comían por dentro.


¬Las fotos son de un pequeño video que rodó una amiga mía con su hermana pequeña. Gracias a ella existe ahora Heaven, y con este grandioso comienzo que ella rodó y yo he pasado a palabras, comienza su historia.

2 comentarios:

  1. Que gran historia queria sber más un beso :)

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  2. Que ternura es Heaven, quiero saber que la llevó a tomar esa decisión...

    Besos!!

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¡Hola! Acabas de decidir garabatear algo para mi, espero de todo corazón que te haya gustado mi blog.
¡Un besito! ¡Y gracias por pasar!
(¡Ah! Y no olvides que puedes quedarte en el desván ^.^ )