Seguir · Mimí · eldesvandemimi@hotmail.com · Twitter · Revista

lunes, 12 de diciembre de 2011

#340

Desde la ventana vio a una mujer con grandes gafas oscuras y un hombre con gabardina negra que intentaban pasar desapercibidos entre la multitud. Fingían ser viejos conocidos que se habían encontrado por casualidad, intentaban desesperadamente mantener en secreto sus intenciones. Pero no podían engañarla a ella. Era capaz de intuir que habían reservado una noche en el hotel más lujoso de la ciudad. Era capaz de intuir que necesitaban verse, darse cariño, pero que nadie debía saber que se conocían y menos que en sus mentes soñaban con fugarse juntos alguna vez para poder así conseguir esa vida junto al amor verdadero que ellos formaban.

Eran los amantes de los martes. 

Y ella seguía allí, apoyada en su ventana, mirando como la vida seguía sin que él volviese para salvarla. Estaba encerrada en aquella interminable espera. ¿Cuando regresaría? Se lo había prometido. Prometió salvarla de aquel infierno. Le costaba tanto vivir allí. Esperar sentada frente a la ventana. Y él era el único capaz de ayudarla. Cuando se iba, se llevaba consigo toda la luz que a ella la rodeaba, dejándola sumida en la más completa oscuridad. A veces sentía que él se había olvidado de ella. Pero sabía que debía tener paciencia, pues sería recompensada con su regreso. Volvería a sonreír, a ser feliz. Su corazón volvería a latir.

Pero, ¿por qué no había vuelto aún? ¿Cómo creer ya sus palabras? ¿Donde estaban esas promesas a las que se había aferrado durante los últimos 10 años? Se sentía patética. Quería seguir esperándolo, pero su corazón le gritaba que dejase de hacerlo. ¿Acaso no sabía que aún lo seguía amando? A veces soñaba con dejar de ser la chica asomada a la ventana, la princesa esperando a su príncipe en una alta torre. Pero no podía, porque le quería.

Solía susurrar este discurso cada día al viento con la esperanza de que éste le haría llegar su mensaje: " No aproveches que te amo para mantenerme aquí hasta que te venga bien. Sabes que jamás dejaré de quererte ni de esperarte. Esperar. Aún espero que dejes a esa posible mujer que se ha convertido en tu amante. La mujer que duerme junto a ti cada noche. A la que le regalas un viaje a París porque ella piensa que es romántico. La mujer con la que quedas frente a mi ventana para demostrarme que ya no me amas. Para hacerme saber que jamás saldré de aquí, que seguiré esperándote por siempre, recogiendo los millones de trozos de mi destruido corazón. 

No hay comentarios:

¡Hola! Acabas de decidir garabatear algo para mi, espero de todo corazón que te haya gustado mi blog.
¡Un besito! ¡Y gracias por pasar!
(¡Ah! Y no olvides que puedes quedarte en el desván ^.^ )