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sábado, 13 de agosto de 2011

#261

- Creo que siempre te ha gustado bailar.- dijo Evelyn.

Jeremy posó su mano sobre la espalda de Evelyn, acercándola a su cuerpo caliente. Ella sonrió y se acercó aún más.

- Sólo si es contigo.- respondió él.

Eso era verdad. A pesar de haber bailado millones de veces en su vida, nunca se sentía como lo hacía cuando bailaba con Evelyn. Ni siquiera Kate, la chica más hermosa que una persona puede conocer, consiguió, en aquellas tardes en las que conseguía que Jeremy se olvidara hasta de su nombre, sintiese lo que sentía entonces. Bailar con Evelyn era diferente. Tenerla cerca, sentir su aliento en la nuca, su corazón acompasándose al suyo, era algo que le helaba la sangre.

Ella sonrió. Su olor a vainilla y jazmín conseguía adormecer a cualquiera, hacía que se sintiera reconfortado. Era como si fuese capaz de lavar todos los miedos, culpas... de la piel de uno, renovándolo por completo.

- Déjame amarte esta noche.- susurró Jeremy.

Evelyn apoyó su cabeza en el hombro de él. La música parecía distante para ellos, estaban quietos, en medio de la habitación, como si no existiera nada más. Se asemejaban a un fotograma, una de esas escenas de una película antigua cuando los protagonistas se miraban a los ojos y el resto del mundo se volvía borroso, invisible incluso. Sólo se abrazaban, intentando encajar sus cuerpos como si de piezas de puzzles se tratase. Y así permanecieron, callados, abrazados, hasta que Evelyn se armó de valor y lo miró a los ojos mientras decía:

- Deja que sea yo quien te ame esta noche.
- ¿Con lo poco que te gusta a ti ser cariñosa? - se burló Jeremy.
- Es como tu con el baile, sólo me gusta si es contigo.

2 comentarios:

¡Hola! Acabas de decidir garabatear algo para mi, espero de todo corazón que te haya gustado mi blog.
¡Un besito! ¡Y gracias por pasar!
(¡Ah! Y no olvides que puedes quedarte en el desván ^.^ )