El silencio solía reinar en su casa, pues sus padres habían desistido en que hablara con ellos. Aunque es cierto que muchas veces Derek gritaba, gritaba como nunca para desahogarse y quitar la opresión que sentía en el pecho desde lo de su hermana.
Mientras miraba a través de su ventana, veía como varios invitados se acercaban pasando entre los tulipanes de su madre. Pero, ¿qué eran aquellas cosas que se acercaban a su ventana?
Una especie de masas grisáceas, que atravesaban los objetos que se encontraban de por medio, si es que eso era posible. Derek observaba asustado mientras su corazón se aceleraba como nunca. Cada vez estaban más cerca. Se dio cuenta de que no eran masas grises, si no fantasmas. Una gran multitud de fantasmas que parecía venir a buscarlo. Había fantasmas de abuelos, de adolescentes con las muñecas llenas de cortes, mujeres llenas de moratones y también niñas como su hermana. Todos estaban allí, levantaron la vista hacia la segunda ventana empezando por la derecha, desde donde Derek les devolvía la mirada.
- Derek.- dijeron en coro.
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¡Hola! Acabas de decidir garabatear algo para mi, espero de todo corazón que te haya gustado mi blog.
¡Un besito! ¡Y gracias por pasar!
(¡Ah! Y no olvides que puedes quedarte en el desván ^.^ )