Seguir · Mimí · eldesvandemimi@hotmail.com · Twitter · Revista

sábado, 24 de septiembre de 2011

#295

Rugía fuera un huracán cuando llegó Alberto. Susana estaba sentada en la alfombra del salón mientras se abrazaba las rodillas. No lo había oído entrar.  Parecía un árbol al borde del quiebre, con la pena clavada en la espalda como si no pasara nada. Alberto la miraba, se ceñía a su miedo, al no saber qué decir, sin ser capaz siquiera de arrastrarse a su lado para volver a sentir su calor.


- La tormenta no amaina- dijo Susana de repente.


Escucharla hizo que Alberto se atragantase y tosiera. 


- ¿Te da miedo?- preguntó Alberto.


Ella se giró y lo miró a los ojos. En su mirada había un sentimiento de dolor tan profundo que Alberto se sintió desgraciado. 


- No. Después de tu partida perdí el miedo a todo.


Se levantó y empezó a acercarse lentamente hacia Alberto. Lo tocó con la punta de sus dedos, como para cerciorarse de que de verdad era él. Alberto notó que el corazón de Susana empezó a latir desbocado dentro de su pecho. Ese pecho que un día apretó contra el suyo hasta sentir que eran solo uno.


- Yo te quise tanto- dijo ella.


Fuera llovía y se escuchaban las gotas chocando contra el cristal. Susana tenía el corazón herido. Ya no era capaz de distinguir entre lo real y lo ficticio. Había imaginado tantas veces que Alberto volvía a su lado, que dormía junto a ella, que la abrazaba, que tocarlo no le hizo creer que fuera él. Alberto lo notó en sus ojos, sabía que Susana creía que era cosa de su imaginación, pero no era capaz de abofetearla y decirle que de verdad era él. Susana se acercó a la ventana del comedor y ahí fue cuando Alberto vio sus marcas en sus antes delicadas muñecas. Sintió una punzada por dentro, ¿qué había hecho?


- Debí morir aquel día- dijo ella como si se hubiera dado cuenta de que estaba mirando sus marcas.
- En realidad lo hiciste Susana. En realidad lo hiciste, aunque nunca llegarás a aceptarlo.- dijo mientras se acercaba a Susana.


Le acarició la mejilla y la besó, suave, con miedo. Por primera vez desde hacía dos años una bombilla estalló. Y ahí fue cuando Susana comenzó a llorar, a llorar de alegría.




PARA SABER COMO PARTICIPAR EN EL CONCURSO HACER CLIC: CONCURSO DE MICRO-RELATOS

No hay comentarios:

¡Hola! Acabas de decidir garabatear algo para mi, espero de todo corazón que te haya gustado mi blog.
¡Un besito! ¡Y gracias por pasar!
(¡Ah! Y no olvides que puedes quedarte en el desván ^.^ )