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sábado, 10 de septiembre de 2011

#283

Solía caminar entre flores, intentando no pisarlas y robarles su delicada belleza. El sol caía despacio por detrás de las montañas y todo se había inundado de ese naranja-rosado tan característico, haciendo que todo el bosque pareciera un lugar mágico. Le gustaba acariciar las flores con la punta de sus dedos e ir descalza para que la tierra le hiciera cosquillas en la planta de los pies. 


La noche anterior había llovido y la tierra estaba aún húmeda. Algunos despojos de nubes, con ese tono marrón oscuro, contrastaban con el rosado del cielo.


Solía ir mirando sus pies, pero ese día levantó la mirada para ver como el bosque se volvía un bosque encantado. De pronto lo vio, al otro extremo del valle y no pudo evitar sonreír. Hacía mucho tiempo que no lo veía y casi había conseguido borrar su recuerdo. Pero cuando sus ojos chocaron con los de él, desapareció mientras su voz sonaba en su cabeza "Puedo sentir como me estás olvidando". Había sido sólo una ilusión.


De pronto el cielo se cubrió de nubes aparecidas de la nada y taparon el mágico atardecer. Y comenzó a caer la lluvia, fuerte, fría. Y fue ahí cuando se dio cuenta de que se había perdido en mitad del bosque. Estaba sola, y perdida. Se dejó caer al suelo y mientras el agua la azotaba con fuerza, abrazó sus rodillas, pegándolas a su pecho y comenzó a esperar. Esperar a que todo pasara y a que volviera la calma, a esperar que aquella soledad que le estaba calando los huesos desapareciera y dejase ver de nuevo el sol. 

2 comentarios:

¡Hola! Acabas de decidir garabatear algo para mi, espero de todo corazón que te haya gustado mi blog.
¡Un besito! ¡Y gracias por pasar!
(¡Ah! Y no olvides que puedes quedarte en el desván ^.^ )