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sábado, 11 de junio de 2011

#223

-Lo sé, nada de esto tiene sentido...-Diego levantó las manos y las posó en las mejillas de Sofía y poco a poco se acercó a ella, hasta que sus labios se unieron en un tierno beso.- Creo que así tiene más sentido- dijo al separarse.

Él sonreía con esa magnífica sonrisa que tenía mientras que ella se había quedado en blanco. No sabía que decir, ni que hacer. La mente de Sofía había estado hasta el momento ocupada en imaginar ese momento, y cuando por fin había llegado, se bloqueó. El corazón de Sofía bombeaba la sangre alborotadamente y tenía un pequeño temblor por todo el cuerpo. Poco a poco Sofía fue recobrando e sentido y lo único que se le ocurrió decir fue:

-¿Podrías hacerlo otra vez?
-¿El qué?- dijo Diego mientras volvía a unir sus labios con los de Sofía. Esta vez el beso fue más largo, dándoles a ambas bocas más tiempo a conocerse.-¿Esto?- le susurró al oído.

Esta vez Sofía temblaba de pies a cabeza. 

-¿Qué pasa?-dijo Diego mientras la agarraba de la cintura atraiéndola hacia él. 

Sofía levantó una mano y la posó suavemente en la mejilla de Diego.

-Es que cuando me besas, siento que el mundo se detiene.

Diego rió.

-No pareces de esas románticas- dijo mientras Sofía apoyaba la cabeza en su hombro.
-¡Oh vamos! ¡Lo digo en serio!
-¿De verdad?
-De verdad de la buena.

Era tarde y la pastelería iba a cerrar, pero ellos seguían en la mesita de la esquina, la que daba al patio interior, sí, aquel tan bonito lleno de flores, mientras que sus cafés olvidados se enfriaban sobre la mesa.

1 comentario:

  1. Un relato genial Mimí:) los personajes son adorables! Y como en la entrada anterior, la foto va perfecta! Un beso muy grande!! Y muy feliz día :)

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¡Hola! Acabas de decidir garabatear algo para mi, espero de todo corazón que te haya gustado mi blog.
¡Un besito! ¡Y gracias por pasar!
(¡Ah! Y no olvides que puedes quedarte en el desván ^.^ )