jueves, 4 de agosto de 2011
#252
Odio esos momentos cuando te paras a pensar. Sobre todo, sobre nada. Y de repente, te sientes emocionalmente agotado y depresivo. De la nada. La peor parte es saber el por qué de esos sentimientos, sin embargo te lo niegas a ti mismo diciendo que no sabes por qué te sientes así.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
muy bonito :D
ResponderEliminar