#172

Cuando estoy contigo el tiempo se detiene y pierdo las prisas. Cuando estoy contigo sólo soy capaz de escuchar los latidos de tu corazón y el mío, lo demás se queda callado como si de una película de amor se tratase. Aunque a veces no te entiendo, lo que siento es más fuerte y sincero que éstas palabras que algún día se las llevará el viento.

Cuando estamos juntos, el amor se vuelve celoso, celoso de vernos, celoso de lo que ha creado. Nos volvemos un tanto idiotas cuando estamos juntos, como si el resto del mundo desapareciese. Cuando tu y yo caminamos cogidos de las manos nada más importa, y me gustaría que supieras que tu compañía me da paz y alegría.

Si te miro directamente a tus ojos claros, me siento como si naufragase en medio del océano, el resto pierde sentido y por un instante, puedo ver tu alma a través de ellos. Tus ojos me lo dicen todo, son sinceros, son de esos que dicen todo sin que tu digas nada. Nunca dudo cuando te miro a los ojos, porque estos te delatan y me transmiten tu amor. Cuando ésto pasa, yo siempre sonrío y es que me encanta que me quieras, que me hayas elegido a mi y que por ello sea tan afortunada.

Me gusta cuando sonríes porque yo sonrío, sobre todo cuando nos estamos besando. Cada gesto, cada sonrisa, cada parte de ti me cautiva y me hace prisionera de ti y de tu amor. Este amor tan puro, real y sincero.

A veces imagino ese momento que tenemos pactado saltar por paracaídas, sabes a lo que me refiero ¿verdad? Para mi es como mi mejor sueño, eso y el despertar junto a ti cada mañana. Dos vidas unidas en un mismo destino. Mi amor por ti no hace más que crecer y hacerse más fuerte.

Te amo como nunca imaginé amar a una persona y te puedo asegurar que te amaré mucho más. Aunque soy atea, tengo que dar gracias a Dios o al que sea que haya hecho que nuestros caminos se cruzasen y haberme dado el privilegio de quererte.